¿Cómo pensar el formato blog como intervención política?

Otra semana más, repito aquí lo que dije en clase:

“There is much in the world to protest” (Rita Raley, Tactical Media)

Hay mucho por lo que protestar en el mundo, sí. Así comienza Rita Raley uno de los textos ya canónicos sobre medios y protesta, Tactical Media. Lo dijo en 2009 y sigue siendo verdad hoy, evidentemente.

Y aunque la relación no sea a todas luces evidente, pienso hoy en particular, tras leer los posts de mis alumnos sobre el formato blog y sus posibilidades literarias, si no deberíamos pensar también en el blog y sus características intrínsecas de protesta. Se ha hablado bastante acerca de la relación de este formato digital y su relación con el mundo exterior, la transformación del autor-narrador en avatar performativo, y la complicidad o pacto con el lector que se establece en la escritura de blogoficciones. Pensando en el trabajo de Daniel Escandell u Osvaldo Cleger sobre la blognovela, estas tres serían las principales características de la ficción en formato blog.

Y probablemente tengan razón. Pero, pensando hoy en otra de las características del blog (o del tuit, porque el fenómeno al que apunto es similar y probablemente más radical en este ámbito), lo que me parece verdaderamente importante del formato es su dimensión temporal: la presencia digital tan fechada que mantienen las entradas en un blog o en twitter, y la interpretación de esta dimensión temporal tan efímera como intervención en el mundo. La brevedad de un tuit, de un bot político del estilo de los de Mark Sample y sus “bots of conviction,” por ejemplo, pero cualquier otro en realidad, constituye una presencia temporal que puede interrumpir el régimen semiótico dominante. Si bien la existencia posterior del tuit o la entrada de blog como cuerpo espacial es rastreable (podemos leer entradas del pasado), estas entradas anacrónicas deberían meramente leerse como ruinas de la verdadera performance comunicativa que se establece con nuestra participación sincrónica en las mencionadas plataformas digitales.

Esto que digo es indiscutible en el caso de los bots de protesta cuya intención política resulta explítica, claro, pero me interesa pensar, y propongo aquí que pensemos, estas creaciones digitales (blogs, tuits) como interrupciones de la temporalidad general que necesitan siempre de la cooperación del lector cuya propia temporalidad también distorsionan, permitiéndonos hablar así de protesta y política en un sentido más amplio. No se trata de hablar de revoluciones apocalípticas, sino de pensar en una intervención en y una interrupción de un sistema dominante, donde la situación temporal que emerja active el signo, el mensaje, y la narrativa simultáneamente permitiéndonos abrazar un nuevo pensamiento crítico.

Se trata de conceptualizar intervenciones efímeras, prácticas de temporalidad limitada (¿que más efímero que un tuit, que un post?) que articulen instancias performativas donde la sociabilidad y la cooperación se valore como emancipadora, algo así como aquellos medios tácticos de los que hablaba Raley: “it is not simply that interventions by tactical media may disrupt but that the outcomes of those disturbances remain uncertain and unpredictable” (Raley). Ella estaba hablando de práticas artísticas à la Critical Art Ensemble, pero yo creo que podemos ampliar un poco la cuestión e indagar acerca de este otro tipo de acciones (y tácticas) temporales e impredecibles.

A

Textos mencionados

Cleger, Osvaldo. Narrar en la era de las blogoficciones: Literatura, cultura y sociedad en el siglo XXI, 2010

Escandell Montiel, Daniel. Escrituras para el siglo XXI. Literatura y blogosfera, 2014

Raley, Rita. Tactical Media, 2009

Sample, Mark. “A Protest Bot Is a Bot So Specific You Can’t Mistake It for Bullshit.